En torno a una mesa de comedor se viven algunos de los mejores momentos de una casa. Las buenas noticias se celebran con una comida o una cena, desde el estreno de un piso o un coche hasta ese nuevo trabajo o la llegada de un bebé.
Y es que las sobremesas son fuente de risas entre familiares y amigos. De hecho, se dice que uno nota que ha madurado cuando prefiere una cena en grupo que una salida festiva hasta el amanecer. Y aunque lo más importante es la compañía y, en segundo lugar, el aspecto puramente gastronómico, hay un tercer elemento que convierte una cena cualquiera en una velada para el recuerdo: la mesa.
No solo el objeto físico, que también, sino sobre todo el ambiente que se puede conseguir a su alrededor con un poco de buen gusto en la decoración y algunos consejos.
Mesa de comedor
La mesa de comedor es el esqueleto sobre el que armarás tus cenas. Durante las comidas no se verá y toda la atención recaerá sobre la decoración, la vajilla y la comida, pero el resto del tiempo -la mayoría- estará a la vista y tiene que combinar con el estilo general y con el resto de los muebles del salón, ya que es una de las elecciones básicas. Por eso, como casi siempre, funcionalidad y diseño tienen que ir de la mano.A no ser que tengas una familia numerosa es preferible elegir una de cuatro plazas -y si es extensible para conseguir espacio para 6 u 8 comensales, mejor-. Y si no dispones de espacio suficiente para una mesa de comedor, recurre a una mesa de centro grande o una elevable; se convertirá en una pieza auxiliar multiusos y, aunque no será suficiente para grandes comidas formales, te permitirá invitar a los amigos.
En cuanto al material, las más tradicionales son de madera, tanto en tonos oscuros como en el muy socorrido blanco; pero no hay que descartar tendencias más novedosas como el cristal, el aluminio o el acero, siempre y cuando combinen con el resto del mobiliario del salón o del comedor. También puedes optar por una mesa redonda, pero exigen disponer de un espacio mayor.
Las sillas son la baza ideal para cambiar el estilo de un comedor o modernizar una mesa aburrida o muy seria. Elegirlas en materiales plastificados, de colores fuertes o con tapizados atrevidos cambiará el aire de cualquier mesa a la que las arrimes. Si tienes una mesa rectangular -y un salón muy amplio- puedes optar por una tendencia que tiene inspiración rústica y que otorga encanto a cualquier espacio: el banco de madera.
Vajilla y cubertería
Cómo debes montar una mesa en este aspecto no sólo depende del tipo de comida que sea -un picoteo, una comida formal…- sino de tus gustos. Hay quien prefiere tener una vajilla y una cubertería diferentes para las ocasiones especiales y quien opta por mezclar piezas de distintas colecciones, de manera que cada plato es de su padre y de su madre pero es justamente eso lo que le aporta personalidad.Hay apasionados de la cocina que tienen mil utensilios para servir cada tipo de comida -sopas, mariscos, ensaladas, tartas, helados…- y otros que resuelven con el primer cuchillo que pillan y con un poco de maña. A la hora de hacerte con una colección de menaje desde cero lo que sí debes tener en cuenta es… el lavavajillas. Así que compra más unidades que el número personas que vais a comer, porque fijo que una parte están dentro de la máquina.
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Cristalería
Respecto a la cristalería, de nuevo tus gustos van a definir qué vasos y copas necesitas, aunque es verdad que incluso si tu presupuesto para enseres es limitado hay unos mínimos que van a hacer que disfrutes más de tus bebidas.Unos vasos resistentes -para que aguanten el uso diario y los cambios de temperatura- y grandes -para agua, zumos y refrescos-; unas tazas -del tamaño que corresponda al café que suelas tomar- y unas copas -aquí, de nuevo, tú eliges el grado de especialización; si cumples con las copas de vino tinto, de blanco, de champán, de cóctel, de postre… o te haces con una todoterreno-. Lo normal es empezar por lo más básico y con el tiempo, ir ampliando la colección.
Mantelería
Cómo vistas tu mesa de comedor es una de las formas más rápidas y fáciles de cambiar de ambiente; una cena romántica, una merienda para niños, un picoteo informal o una comida con los suegros están a solo un mantel y servilletas de diferencia.En principio se suele pensar que los textiles le dan un toque más formal, pero hay servilletas y manteles de papel -gofrado, brillante, con tacto de tejido…- perfectos para la velada más elegante. Una ventaja que tienen es que al ser de un sólo uso, puedes adaptarlas al evento y jugar con el color y el dibujo: Navidad, cumpleaños, infantil, cita romántica...
También puedes elegir entre los servicios completos o los individuales -en estos últimos se puede jugar con distintos materiales, como fibras naturales, hule, algodón, kraft…-. Cruzar una tira de tela, ya sea sobre el mantel o directamente sobre la mesa, de forma vertical y horizontal puede darle la vuelta al resultado final sin necesidad de prescindir del mantel blanco bordado que te regaló tu madre cuando te independizaste.
Orden y protocolo
Si nunca acabas de tener claro cómo montar una mesa para que ni el protocolo ni tus invitados tengan nada que objetar, aquí va una ilustración para que ni los encuentros del día a día ni las veladas más formales te pillen desprevenido.Decoración
Una buena mesa montada nunca debe tener un exceso de decoración porque el protagonista es el plato y el objetivo, que el comensal disfrute de la comida. Pero mientras que no le incomode en esta tarea, incluir detalles que den un toque de calidez es un acierto.Lo más habitual es poner unas flores ligeras en el centro o unas velas si es de noche o se quiere buscar un ambiente íntimo, pero si andas mal de espacio es mejor que prescindas de esos detalles y te quedes con los imprescindible.
Fuente: TopKit
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