Aunque el otoño no ha llegado aún oficialmente, la vuelta al cole, el fin de las vacaciones y la bajada de temperaturas hacen ir pensando en adaptarse a la nueva estación. Y eso pasa por un imprescindible cambio de armario y por una más que apetecible renovación de la decoración del hogar.
Porque ni nuestro ritmo de vida ni nuestros hábitos son los mismos en verano que en invierno, el ambiente del hogar también requiere una puesta a punto. No se trata de cambiar el mobiliario de tu casa -aunque en internet puedes encontrar colecciones de muebles baratos con diseños muy cuidados-, sino de integrar algún que otro detalle que nos haga sentir aún más cómodos en las largas tardes que pasamos tirados el salón en la época de frío.
- Colores de la misma gama. Lo más fácil para renovar el estilo de tu salón y adaptarlo al otoño es cambiar los colores predominantes de la decoración. En otoño reinan los tonos tierra, marrones, beiges, verdes oscuros, aunque este año tienen especial peso los naranjas, los amarillos y los granates -si optas por el marsala estarás, además, apostando por el color del 2015-. También los dorados e incluso los blancos rotos bien combinados. Deja que esta tendencia atemporal se cuele en tu casa y guarda los complementos en colores fuertes y los estampados florales para la primavera.
- Plantas de temporada. Si eres de las que suele tener plantas naturales en casa, no pienses que la primavera y el verano tienen la exclusividad en la vegetación casera. Es verdad que la gran mayoría de las plantas tienen a perder sus hojas durante estos meses, pero también las hay que soportan a la perfección el frío -o el calor de la calefacción- y la escasez de luz solar. Recurre a las plantas que florecen en otoño, como los geranios, los crisantemos o las fucsias.
- Centros y frutos secos. Otra opción, una de mis preferidas, es optar por los centros de flores secas: tanto por sus colores como por su textura son perfectas para esta época. Además, puedes incluir en tus adornos caseros frutas de época, como membrillos -que además de decorar y dar color, proporcionarán olor durante semanas-, piñas secas e incluso castañas.
- Tejidos y fibras naturales. En otoño bajan las temperaturas, los días se acortan y comienzan las lluvias. Decorar las estancias de tu casa, en especial el salón y el dormitorio, con telas y tejidos cálidos y naturales servirá para disparar la sensación de confort. Las fibras naturales, tanto vegetales -algodón, lino, bonote o cáñamo- como animales -lana, seda, angora o cachemira- aportan calidez a cualquier espacio, por lo que son perfectas para el otoño.
- Maderas. La madera es el material del otoño por excelencia. Natural y cálido, en cualquiera de sus tonalidades es capaz de transmitir calidez a una estancia, frente a otros materiales tan de moda como el hierro, la chapa o el forjado, tendencia básicas de esta temporada gracias al éxito de los ambientes industriales. Si te apetece darle tu toque personal puedes optar por envejecer el aspecto de alguna pieza, como una mesilla o una cómoda -o si no te atreves con tanto, un marco de foto-.
- Luz y luminosidad. Si frente al frío del exterior lo que buscamos es aumentar la sensación de calidez, frente a la oscuridad del otoño y al aumento de grises y plomizos en el exterior lo que hay que hay que conseguir es aumentar la luz. Ello se logra de diferentes formas: procurando despejar las ventanas; apostando por los focos de luz -desde lámparas auxiliares hasta velas-; utilizando complementos que ayuden a conseguir sensación de amplitud, como espejos de gran tamaño; o eligiendo motivos decorativos que aporten alegría y luminosidad, como las plantas.
Imagen: The Budget Decorator / Fuente: Topkit
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