Cómo hacer un ikebana es fácil si tienes en cuenta un par de normas. Primero, debes saber que siempre será bueno que contemples el harmonía de los colores para lograr un buen resultado. Es fácil que obtengas tu ramo preferido, poniendo un par de rosas, o flores de tonos claritos. Los tonos tales como los anaranjados y también los lilas claros, son excelentes.
Los ikebana pueden tener el alma de un jardín zen o la personalidad de un paraíso inspirado en las carpas y jardines de abetos y pequeñas gramíneas, interesantes y que aportan mucha luminosidad. Algunos integran pequeñas fuentes y otros agua, teniendo los más extravagantes sus propios peces.
Siempre como en todo, se interpondrán tus gustos personales. Será bueno que siempre procures tener en cuenta esto para que no copies otros modelos, siendo los mejores los que tienen un propio sello personal y mucha más categoría, más originalidad.
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